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El Cazador: Gael, el Guardián de los Bosques

4 minutos, 34 segundos Leído

Gael, el cazador, no era un hombre común. Había crecido en las fronteras del bosque donde vivía Ainara, en una pequeña cabaña que su padre, un leñador, había construido años atrás. Desde niño, Gael había aprendido a respetar la naturaleza. A diferencia de otros cazadores que veían al bosque solo como un lugar de recursos, Gael lo veía como un hogar. Su arco y flechas no eran para destruir indiscriminadamente, sino para mantener el equilibrio: cazaba solo lo necesario para sobrevivir y siempre agradecía a los espíritus del bosque por lo que recibía.

Apariencia y porte:
Gael tenía una presencia humilde pero cautivadora. Era alto y robusto, con un cabello oscuro que llevaba algo desordenado, como si siempre estuviera al viento. Sus ojos, de un verde profundo, reflejaban tanto la fuerza de alguien que había enfrentado desafíos como la suavidad de quien conocía la belleza en los pequeños detalles. Sus manos, callosas por el trabajo, eran sorprendentemente gentiles, especialmente cuando se trataba de curar animales heridos o trenzar hierbas medicinales.


Su relación con Ainara

Gael había conocido a Ainara desde lejos. La primera vez que la vio, ella estaba curando a un ciervo herido cerca de un arroyo. Él, escondido entre los árboles, observó fascinado cómo la elfa susurraba palabras que parecían calmar al animal. En ese momento, Gael supo que Ainara era especial, alguien que compartía su conexión con la naturaleza.

A pesar de sus sentimientos, Gael nunca se atrevió a acercarse. “¿Qué podría querer alguien como ella de un simple cazador como yo?”, pensaba. Sin embargo, cuando escuchó que Ainara estaba buscando pretendientes, decidió presentarse. No con grandes regalos, porque no tenía riquezas, sino con su verdadero yo. No podía ofrecer más que su lealtad, su trabajo arduo y su amor sincero.


Habilidades y personalidad

  • Habilidad con los animales: Gael tenía un don innato para comprender a las criaturas del bosque. Los zorros se acercaban a él sin temor, y los pájaros parecían disfrutar de su compañía. Era conocido por salvar animales atrapados en trampas y devolverlos a su hábitat.
  • Conocimiento del bosque: Sabía cómo leer los signos de la naturaleza: el canto de las aves le indicaba cuándo se acercaba la lluvia, y el crujido de las ramas le revelaba si había peligro cercano.
  • Carácter noble: A pesar de su vida sencilla, Gael tenía un sentido de honor inquebrantable. Ayudaba a los aldeanos cuando podía, compartía su caza con los necesitados y siempre priorizaba el bienestar de los demás.
  • Humor y bondad: A pesar de los desafíos de la vida, Gael tenía una sonrisa cálida y una risa que podía iluminar incluso el día más oscuro. Su buen humor era una de las cosas que más atraía a quienes lo conocían.

Un pasado marcado por la humildad

Gael había perdido a su madre siendo joven, y su padre, aunque trabajador, era un hombre reservado. Creció aprendiendo a depender de sí mismo y del bosque que lo rodeaba. Sin embargo, esa vida de carencias no le dejó resentimiento, sino gratitud. Entendía que la riqueza no estaba en el oro, sino en las conexiones que uno construía con los demás y con la naturaleza.

Su vida no había sido fácil, pero eso lo había convertido en alguien resiliente. No buscaba lujos ni reconocimientos, solo quería vivir en paz, rodeado de lo que amaba. Y ahora, Ainara se había convertido en una parte esencial de esa paz.


Relación con Doriel, el doberman, y la codorniz dorada

Desde el principio, Doriel, el doberman, había sentido confianza en Gael. Los animales tienen un sexto sentido para detectar la bondad en las personas, y Doriel no fue la excepción. En el tiempo que pasaron juntos durante las pruebas de Ainara, Gael y Doriel desarrollaron un vínculo genuino. Gael, sabiendo que Doriel era muy protector, respetó su espacio al principio, pero pronto el doberman empezó a seguirlo con entusiasmo.

La codorniz dorada también mostró un comportamiento inusual con Gael. Aunque solía mantenerse alejada de los desconocidos, se posó en su hombro y cantó suavemente mientras él recogía bayas para alimentar a un ciervo herido. Ainara, observando desde lejos, entendió que la codorniz veía en Gael lo mismo que ella: un corazón puro.


Su evolución al final de la historia

Después de ser elegido por Ainara, Gael no se convirtió en alguien diferente. En lugar de adoptar una vida de comodidades, se comprometió a cuidar no solo a Ainara, sino también al bosque que los rodeaba. Juntos, construyeron una relación basada en respeto, admiración mutua y amor por la naturaleza.

Gael también ayudó a Ainara a usar su don para sanar a los animales y a las personas del bosque de manera más amplia, y pronto ambos se convirtieron en una pareja conocida por su bondad y sabiduría.


Gael en una frase

“Un hombre humilde que, aunque no tenía oro ni joyas para ofrecer, poseía un tesoro aún más valioso: un corazón dispuesto a amar sin condiciones y a proteger todo lo que realmente importa”.

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dorelchetia19

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