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La inclusión social en el skate catalán impulsa el rendimiento olímpico español en París 2024

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Barcelona, 14 de mayo de 2025 – Lo que hace apenas una década era considerado un deporte marginal, hoy se ha convertido en un modelo de inclusión social y una fuente de talento deportivo. El skateboarding en Cataluña ha vivido una transformación profunda gracias a iniciativas que priorizan la integración, la diversidad y el acceso universal, independientemente del nivel técnico o situación socioeconómica de los practicantes. Esta apertura ha tenido un efecto directo en el desempeño del equipo español en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde los skaters nacionales lograron sus mejores resultados históricos.

En ciudades como Barcelona, Sabadell o Girona, asociaciones como Skate Agora, Patina Inclusió y diversos colectivos barriales han promovido espacios seguros y accesibles para jóvenes de todos los orígenes, incluidos migrantes, mujeres, personas con discapacidad y comunidades en riesgo de exclusión. A diferencia de otros deportes, el skate ha eliminado desde sus bases las barreras tradicionales de entrada: no hay cuotas mensuales altas, ni necesidad de pertenecer a un club elitista, ni jerarquías estrictas. Solo se necesita una tabla, ganas y respeto por la convivencia.

“Nos dimos cuenta de que el talento no entiende de barrios ni de papeles”, afirma Laura Pujol, coordinadora del programa Skate per a Tothom en el distrito de Nou Barris. “Hemos visto cómo chavales que empezaron en plazas públicas sin recursos han llegado al equipo nacional gracias a un entorno que les ha apoyado sin juzgarlos por su nivel inicial.”

Este enfoque inclusivo ha sido clave en el crecimiento de figuras como Iker Ruiz (19 años, de L’Hospitalet), que debutó en París con una medalla de bronce en street skate, o Laia Fernández (22 años, de Badalona), que alcanzó la final en modalidad park. Ambos atletas coinciden en que su desarrollo fue posible gracias a la red de apoyo comunitario y a la libertad para entrenar sin presiones desde temprana edad.

La Federación Española de Patinaje ha reconocido el impacto del modelo catalán, incorporando programas similares en otras comunidades autónomas. “Cataluña ha demostrado que invertir en inclusión no solo es justo, también es eficaz desde una perspectiva deportiva. París fue solo el principio”, declaró el seleccionador nacional, Marcos Cebrián.

Con París 2024 como escaparate, el caso del skate catalán se estudia ya como ejemplo de cómo un deporte urbano puede ser motor de cohesión social y excelencia competitiva al mismo tiempo. Y es que, en las pistas de hormigón y barandillas de barrio, se está gestando mucho más que acrobacias: se están construyendo oportunidades reales.

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