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🏰💀 El noble que tenía medio techo y quiso quitarle el techo entero al vecino con zombies

2 minutos, 17 segundos Leído

Había una vez, en la ilustre ciudad de Stuttgart, un noble venido a menos llamado Lord Von Halbtecho. Su nombre lo decía todo: tenía un castillo imponente, sí… pero con un pequeño problema: le faltaba la mitad del techo.

Nadie sabe si fue culpa de los bombardeos, de la mala planificación arquitectónica o si simplemente el tipo era demasiado tacaño para terminar de construirlo. El caso es que, cuando llovía, tenía que dormir con paraguas, y cuando nevaba, se despertaba cubierto de escarcha como un muñeco de nieve con título nobiliario.

Y lo peor… su vecino, el arrogante Lord Von Kartoffel, tenía un castillo con un techo PERFECTO.

“¡Esto es inaceptable!”, gritó Von Halbtecho, con un cubo en la cabeza para protegerse de la lluvia. “¡Si yo tengo medio techo, él tampoco debería tener uno entero!”

El Plan Maléfico™

Von Halbtecho, siendo un noble de recursos dudosos, consultó a un hechicero que vivía en una taberna (y que probablemente era solo un borracho con mucha imaginación). Este le dijo:

“Si no puedes conseguir un techo, consigue algo peor… ¡zombies! ¡Muchos zombies! Que no tenga ni casa, ni paz, ni descanso.”

Así que, con la sabiduría propia de un aristócrata en crisis, Von Halbtecho desenterró a todos sus ancestros y los convirtió en un ejército de zombies. Y no cualquier ejército, sino zombies suabos, que en vez de gemir “cerebrooo” decían “Spätzleee… Schnitzeeel…” mientras avanzaban.

El ataque al castillo del vecino

A la media noche, la horda de zombies famélicos llegó al Castillo Kartoffel, exigiendo “Maultaschen o muerte”.
Lord Von Kartoffel, al ver el espectáculo, no supo si asustarse o ponerse a vender entradas para el evento.

Pero entonces, ocurrió lo inesperado…

Uno de los zombies, su tatarabuelo, miró a Von Halbtecho y gruñó:
“¡Bobo! ¡Si nos hubieras dejado descansar, ahora tendríamos un castillo con DOS techos en el más allá!”

Y así, los zombies, en lugar de atacar, se fueron de huelga, pidiendo techos dignos en la otra vida.

Derrotado y sin aliados (vivos o muertos), Von Halbtecho terminó aceptando su destino. En lugar de robar un techo, decidió abrir el primer restaurante de Stuttgart en el que los clientes cenaban al aire libre, bajo las estrellas. Lo llamó:

“El Medio Techo Gastronómico”.

Irónicamente, su negocio se volvió un éxito entre los turistas de Baviera, que lo consideraban “auténtico y rústico”.

Y así, el noble sin techo acabó siendo el único en Stuttgart que ganó dinero gracias a su desgracia.

MORALEJA:

Si la vida te da medio techo… ¡abre un restaurante hipster y cobra el doble por la experiencia! 😂

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