La historia de cómo Tyki Mikk, el ambiguo y carismático personaje de D.Gray-Man, perdió sus ojos de gato por unos ojos azules, está envuelta en una narrativa de amor y sacrificio, muy diferente a la naturaleza despiadada y calculadora por la que es conocido. La historia que relato a continuación es una creación basada en este concepto, fusionando su desarrollo en el manga/anime con un giro imaginativo.
La historia de Tyki Mikk y la prisionera de Roma
En la antigua Roma, donde la opulencia y el control político eran la norma, Tyki Mikk, un miembro del clan Noah, se encontraba atrapado en una constante lucha interna. Con sus ojos de gato, capaces de ver más allá de lo que cualquier humano podría, Tyki siempre había mantenido una fachada fría y calculadora. Era un ser inmortal, destinado a servir a su familia, hasta que un encuentro con una prisionera cambió su destino.
La prisionera, una joven de ojos azules tan profundos como el cielo de Roma, estaba encarcelada por desafiar a las autoridades de la ciudad. Había sido una líder rebelde, y su cautiverio en las frías mazmorras romanas la había hecho aún más hermosa y mística a los ojos de Tyki. Él, que nunca había sentido mucho por las emociones humanas, comenzó a enamorarse de ella, algo que le resultaba extraño y desconcertante.
Con el tiempo, Tyki no podía dejar de pensar en aquellos ojos azules, tan diferentes a los suyos, que lo observaban sin miedo ni sumisión. La joven, sin saber quién era en realidad Tyki, comenzaba a ver algo más en él: una lucha interna, un deseo de cambio. A medida que los días pasaban, Tyki se encontraba más y más fascinado por su fuerza y su valentía.
Una noche, mientras observaba a la prisionera desde las sombras, algo en su interior se rompió. El deseo de entender y compartir su sufrimiento fue tan grande que, en un arrebato de emoción, Tyki se acercó a ella. Durante ese encuentro, la joven le susurró algo sobre el “cambio” y cómo los ojos pueden reflejar el alma de una persona. Esa frase, sencilla pero poderosa, desencadenó una transformación en Tyki.
En un acto de amor y sacrificio, Tyki decidió cambiar sus propios ojos de gato, aquellos que lo habían acompañado durante tanto tiempo, por los ojos azules de la prisionera. Esta transformación no fue literal, sino simbólica. Al entregarse a sus emociones y su amor, Tyki renunció a su frialdad, dejando atrás su antigua forma de ver el mundo. Sus ojos ahora reflejaban una visión más humana, más vulnerable, marcada por la conexión que sentía por ella.
La joven prisionera, al darse cuenta de este cambio en él, le ofreció su libertad, pero Tyki decidió quedarse a su lado. A través de este sacrificio, se había liberado a sí mismo de las cadenas emocionales que lo habían mantenido alejado de la humanidad. Ahora, sus ojos azules eran el símbolo de su amor y la prueba de que incluso los seres más oscuros pueden cambiar por amor.