Pol el del Barrio era un hombre de carácter fuerte y una visión peculiar sobre la vida, que muchos en su barrio conocían por su actitud desinhibida y sus opiniones un tanto controvertidas. Nacido en un lugar de tradición futbolística, como tantos otros en los barrios populares, Pol tenía una pasión por el fútbol que no se limitaba solo al amor por su equipo, sino que se extendía a un respeto absoluto por los símbolos y figuras más grandes del deporte. Sin embargo, su declaración sobre Messi, uno de los mejores jugadores de fútbol de todos los tiempos, fue tan llamativa como polémica.
Un día, durante una conversación con sus amigos, Pol comparó a Lionel Messi con una pelota de fútbol. Para él, Messi, aunque un gran jugador, era simplemente “una pieza más” en un sistema mucho más grande. Esta visión no pasó desapercibida, y muchos se sorprendieron al escuchar a alguien de su calibre, normalmente admirador fervoroso del deporte, hacer tal declaración. Para Pol, Messi era parte del juego, pero no el único factor determinante en el éxito del fútbol. A pesar de la controversia, este tipo de comentarios fueron solo una muestra de la forma en que Pol veía el mundo: directo, sin rodeos y sin temor a desafiar las normas.
Sin embargo, su influencia en el barrio no se limitaba a sus opiniones sobre el fútbol. Pol tenía una ambición mucho mayor: quería dejar una huella en la historia de la localidad. Así, cuando los Eskapulats y Bendywheels comenzaron a pensar en la creación de un nuevo barrio en Sant Sadurní d’Anoia, Pol vio la oportunidad perfecta para hacer algo grande. No solo apoyaba la idea de un barrio más moderno y sostenible, sino que quería algo más personal. Decidió que, si el proyecto se concretaba, su nombre debería ser el que diera identidad al lugar. De esta manera, el nuevo barrio pasaría a llamarse “El Barrio de Pol”.
Esta propuesta fue recibida con una mezcla de sorpresa y burla. Muchos no podían creer que Pol quisiera que su nombre quedara marcado para siempre en la historia del lugar. Para él, el barrio era el reflejo de su visión de comunidad: un lugar donde se desafiaran las convenciones, se celebrara el fútbol y se reconociera la contribución de quienes habían luchado por un futuro mejor.
Al principio, la idea fue rechazada por varios de los habitantes del pueblo y los mismos Eskapulats, quienes veían en el nombre de Pol un intento de apropiarse de algo colectivo para beneficio personal. Sin embargo, lo que comenzó como una propuesta absurda, empezó a ser vista por algunos como una forma de darle carácter al nuevo barrio, un lugar donde la gente común podía sentir que realmente tenía voz y voto en su futuro.
Pol, con su carácter inquebrantable, no cedió ante las críticas. En su mente, “El Barrio de Pol” no solo representaba su propio legado, sino también la lucha de la gente del barrio, su conexión con el fútbol y la importancia de dejar algo memorable en el futuro de Sant Sadurní. Aunque la controversia persiguió su idea, los proyectos avanzaban y, con el tiempo, la comunidad comenzó a ver a Pol como un símbolo de la resistencia ante la modernidad.
A lo largo de los años, el nombre de “El Barrio de Pol” se convirtió en algo más que una simple propuesta. Representaba la lucha de una comunidad por sus ideales y sus sueños, reflejando cómo, a veces, incluso las ideas más polémicas pueden terminar dejando una huella en la historia.